La Vida en el México Independiente




LA VIDA EN EL MEXICO INDEPENDIENTE






Características ideológicas


A pesar de que en la historia del México de la primera mitad del siglo XIX la ideología del liberalismo no fue la médula espinal del proyecto político, económico y social de las élites gobernantes –pues les importó más el control del poder para imponer sus intereses que la participación de diversos grupos en él–, se puede afirmar que de alguna manera influyó en las mentes de esa época y en las decisiones que sobre aquellos proyectos llevaron a cabo, sujetas obviamente a la realidad que era a donde tenían que adecuar la ideología de acuerdo a la situación que vivía el país. Es por eso que el liberalismo mexicano más que un cuerpo doctrinal abstracto y homogéneo, es la praxis misma sujeta a una serie de pautas o líneas de acción aplicadas a situaciones concretas.
El origen de este liberalismo se encuentra en buena parte en las ideas que circularon durante el período anterior a la independencia. Algunas de éstas fueron importadas de España y otras se originaron en el seno de la sociedad novohispana en lo que Rafael Moreno llamó la ilustración mexicana y ambas ideas –importadas y nacionales– se esparcieron como aroma ideológico, las cuales ayudaron a romper el vínculo colonial. El liberalismo nace con la nación mexicana y ésta surge con él. En esa evolución histórica el liberalismo mexicano se transformó a diferencia del liberalismo europeo separando los principios espirituales y políticos de los principios económicos y sociales, debido a que “Sus luchas tuvieron siempre bases populares, agrarias; la demanda de igual consideración de todos sus habitantes; el rechazo de los monopolios, la secularización de la sociedad y la supremacía del poder civil; la propuesta federal detrás de las regiones y sobre todo la convicción nacional frente a la amenaza de las pretensiones extranjeras” . En la parte económica con relación al librecambismo “Juan Bautista Say aconseja la supresión gradual de las prohibiciones y contradice a Smith, en cuanto reconoce la conveniencia de que los gobiernos auxilien la producción y considera que los principios clásicos no son aplicables en condiciones distintas a las que privan en Inglaterra cuando la teoría apareció” . Por eso Vicente Guerrero desde la presidencia decretaba el 22 de mayo de 1829 una serie de prohibiciones para “la ampliación de la industria agrícola y manufacturera y señala que “la aplicación bastarda de principios económicos liberales” y la extensión dada al comercio extranjero agravaron o produjeron la crisis mexicana”.
De acuerdo con Reyes Heroles, el liberalismo mexicano tuvo dos influencias doctrinarias. Por un lado una estrictamente liberal y por otro, socialista. A su vez esta influencia liberal se dividió en dos partes. Una clásica donde los orígenes de la sociedad civil tienen que ver con la propiedad privada que es anterior al pacto social y por ende este último debe detenerse ante este derecho. La segunda donde se retoma a Jean Jaques Rousseau quien vio los derechos naturales surgiendo del contrato social y por consiguiente, sujetos a la sociedad y susceptibles de regulación social.
Con relación al liberalismo económico dos de los mayores representantes para este período se encuentran en: Tadeo Ortiz que decía con respecto de la libertad de comercio “Es de esperarse otras medidas más francas y generosas, que consultando las máximas de la difícil ciencia de la economía política y las exigencias y necesidades de los pueblos, atraigan el comercio de cambio con los menos gravámenes posibles, combinando las conveniencias y comodidades de los comerciantes y las necesidades de la mayoría de la nación, sin perjudicar la industria interior; persuadiéndose que la verdadera base del comercio libre activo consiste en admitir a todo trance la concurrencia, y proporcionar con la rebaja de los derechos, mayores consumos y que lo que se deja de percibir por lo pronto no es más que en apariencia, puesto que siendo mayores los consumos, serán proporcionados superabundantemente los derechos de entrada, recogiéndose además el fruto de la acumulación de capitales, la disminución del contrabando y desmoralización, que de otro modo es como imposible evitar y reprimir” . Por otro lado José María Luis Mora señalaba lo pernicioso del sistema prohibitivo del comercio español al señalar “Llevado a este grado el sistema prohibitivo no pudo menos que hacer sentir en España todos sus ruinosos efectos; se propusieron mil proyectos extravagantes para contener el contrabando, no siendo uno de los menores el sujetar a los que lo hiciesen a la jurisdicción de la Inquisición, por la comunicación que se les suponía con los herejes extranjeros” , además criticaba el monopolio que se había impuesto al comercio del virreinato por parte de la corona española, al permitir sólo el comercio con la metrópoli, de donde se distribuía a los lugares de consumo, con el consiguiente beneficio de los intermediarios y el encarecimiento de los productos al limitar el comercio al puerto y concentrarlo “en un cierto número de casa opulentas [consulados] que por medio de combinaciones muy sencillas y practicables impidieron la concurrencia, único medio de mantener el precio natural de los efectos. De esto resultó que obrando de acuerdo como lo exigía su interés mutuo levantasen o bajasen los precios a su arbitrio y que el de los géneros de Europa a América fuesen siempre exorbitantes hasta el punto, que el doscientos y aun el quinientos por ciento fuese el lucro común en el comercio de España y México”.
Así con esta ideología del liberalismo de trasfondo es como se dio la pugna entre imperialistas y republicanos durante el imperio de Iturbide, posteriormente entre republicanos federales y republicanos centralistas al declararse México república federal en 1824 y república centralista en 1836 y finalmente entre liberales y conservadores, marcando estos sucesos el desarrollo de la accidentada vida política, económica y social de los primeros años de la nueva nación.

 
Caracterisiticas Politicas:
Durante este período de tiempo lo más importante a destacar son los tres diferentes sistemas de gobierno adoptados por México, lo cual generó una gran inestabilidad en la vida nacional, aunado a esto estaba la debilidad de las instituciones del estado para regir la vida política, económica y social del país y el enfrentamiento de dos proyectos –que aunque eran similares en sus fines, los medios para conseguirlo eran antagónicos– que estaban buscando imponerse a través de la obtención y exclusión de la otra élite del poder. Para dar muestra de esta gran inestabilidad durante este período existió un emperador que duró un año –de 1822 a 1823–, posteriormente una vez declarada la república en 1824 el poder ejecutivo estuvo a cargo de 40 diferentes gobernantes, iniciándose con el nombramiento de un triunvirato formado por Nicolás Bravo, Pedro Celestino Negrete y Manuel Félix Fernández, para posteriormente cederle el poder a éste último, quien fue el único presidente durante este período de estudio que terminó su mandato de 4 años.
Analizando de una manera más detenida este período comienza al alcanzar su independencia México con el primer proyecto de organización política emanado del Plan de Iguala y ratificado por los Tratados de Córdoba. Este Plan daba las “indicaciones para el gobierno que debe instalarse provisionalmente con el objeto de asegurar nuestra sagrada religión y establecer la independencia del Imperio Mexicano”. A continuación proponía como forma de gobierno la monarquía moderada con arreglo a la Constitución peculiar y adaptable del reino. El emperador sería “el señor D. Fernando VII, y no presentándose personalmente en México dentro del término que las Cortes señalaren a prestar juramento serán llamados en su caso el serenísimo señor infante D. Carlos, el señor Francisco de Paula, el archiduque Carlos u otro individuo de casa reinante que estime por conveniente el Congreso” . Al obtener la negativa por parte de la familia real de Fernando VII, entonces el Congreso Constituyente eligió a Iturbide emperador el 19 de mayo de 1822 y se formaron la Junta Provisional Gubernativa y las secretarías de hacienda, relaciones del interior y del exterior, de guerra y de justicia y negocios eclesiásticos para llevar los asuntos del Estado. El problema radicó que dentro de las élites que lo apoyaron al proclamar el Plan, existían grupos de españoles peninsulares y americanos que estaban interesados en mantener el vínculo con la madre patria, mientras que otros grupos como los mestizos buscaban cortar de tajo los vínculos con la ex-metrópoli. Así que Iturbide sin poder coordinar las fuerzas contrapuestas, los intereses encontrados y las doctrinas políticas, disuelve el Congreso Constituyente, con lo cual el gobernador de Veracruz, Antonio López de Santa Anna proclamó la república en ese estado con el Plan de Casa Mata y fue secundado por algunas de las fuerzas que habían sido mandadas de la capital para sofocar la rebelión, y el 19 y 20 de marzo de 1823 Iturbide presentaba su abdicación y era exiliado.
Con la culminación del imperio una gran sector de las élites políticas propugnó por seguir el modelo de los Estados Unidos y por el decreto del 21 de mayo de 1823 se convocó al Congreso Constituyente que “al comenzar el ejercicio de sus funciones, el Congreso intentó organizar la hacienda pública, la administración de justicia y la del ejército, al tiempo que disponía que circulara el proyecto de bases de república federativa” y así el 4 de octubre de 1824 se proclamó y juro solemnemente el pacto federal bajo el nombre de Constitución de los Estados Unidos Mexicanos. Eligiéndose el día 10 de ese mismo mes la elección del presidente Manuel Félix Fernández y como vicepresidente Nicolás Bravo.
En cuanto a la política interna en este período giro alrededor de las logias masónicas de los yorkinos y los escoceses. La logia yorkina fue fundada por el enviado del gobierno de los Estados Unidos Joel R. Poinsett y aglutinó a los seguidores del liberalismo. En la logia escocesa se agruparon las élites virreinales conocidas como conservadores, mismas que habían apoyado el imperio de Iturbide y ahora buscaban una república centralista.
En 1827 existió una conspiración orquestada por fray Joaquín Arenas y un grupo de españoles para que la madre patria recuperara su antigua colonia, lo que dio ocasión a los liberales para imponer el 20 de diciembre de 1827 el decreto de expulsión de los españoles, donde “impelía a abandonar México, en un plazo de seis meses, a todos los españoles, salvo los casados con mexicana, los que tuviesen hijos que no fuesen españoles, los mayores de sesenta años, los impedidos y los que hubiesen prestado servicios distinguidos a la independencia” . Esta expulsión generó reacciones en todo el territorio nacional, pues ciudades como Veracruz, Orizaba y San Luis Potosí se sublevaron, mostrando que la influencia escocesa era efectiva y otros estados se podían levantar en armas en contra del gobierno liberal de Félix Fernández.
Al terminó del período de gobierno de Félix Fernández en 1829 fue electo como presidente Manuel Gómez Pedraza quien representaba los intereses de los conservadores, con lo que se sublevaron los liberales mediante la conspiración de la Acordada y el saqueo del Parián, concluyendo con la anulación de la elección de Pedraza y en su lugar fue designado Vicente Guerrero como presidente de la república.
Después de la elección de Guerrero “se preparaba un movimiento, acaudillado por Santa Anna y Bustamante, para variar la forma de gobierno; no obstante, ambos jefes desmintieron este supuesto. Por entonces la guarnición de Campeche se pronunció a favor de la República central, obligando a las autoridades civiles a jurarla el día 6 de noviembre” .
En 1836 ese cambio en la forma de gobierno a una república central fue el pretexto que esgrimieron los texanos para declarar su independencia con la ayuda de los ciudadanos estadounidenses –violando el estado de neutralidad declarado por el presidente de Estados Unidos Jackson– y derrotar al ejército mexicano que había sido mandado a sofocar la rebelión, a esto se sumaba el reconocimiento de su independencia de facto por parte del presidente estadounidense Andrew Jackson. Con estas noticias “el descontento en México aumentaba progresivamente y los levantamientos comenzaron a sucederse. Mas las conmociones que sufría el país hicieron que la abolición del sistema federal se produjera sin resistencia. Mayor preocupación existía por encontrar un jefe de suficiente prestigio para encomendarle la campaña de Texas” . Después de estos acontecimientos los escoceses encontraron las razones suficientes para cambiar la forma de gobierno a una república centralista y sin gran oposición el 6 de diciembre de 1836 a petición del presidente Antonio López de Santa Anna el Congreso dictó las siete leyes, creando un supremo poder conservador que sería el arbitro de los otros tres poderes, obligando a todos los mexicanos a profesar la religión católica y dándoles nuevamente privilegios a la iglesia y al ejército.
Después de la guerra con Texas y la pérdida de ésta, México se negó a reconocer la independencia de los texanos y las relaciones con los Estados Unidos tomaron otro rumbo, con todo y que en 1831 se había firmado un Tratado de Amistad, Comercio y Navegación. Por otro lado, la inestabilidad política nuevamente se volvió a presentar ahora ante el inminente conflicto con Francia a causa de los saqueos y las destrucciones a propiedades francesas producto de los conflictos del país, además de los préstamos forzosos a los que eran sometidos los súbditos franceses por parte de los pronunciados. Así mientras el embajador francés en México Daffauis enviaba un ultimátum al Congreso para la resolución de sus demandas, la marina francesa bloqueaba los puertos mexicanos y el contraalmirante Charles Baudin –autorizado por el rey para tratar las reclamaciones– junto con la armada francesa atracaron en la isla de Sacrificios en Veracruz para esperar la respuesta por parte del gobierno mexicano. El 27 de octubre de 1836 el Congreso envió la negativa a sus peticiones, con lo que comenzó la campaña sin declaración formal de guerra en contra del puerto y la ciudad de Veracruz. Ya para el 28 de noviembre de ese mismo año las fuerzas mexicanas habían capitulado y los franceses enarbolaron su pabellón en el Castillo de San Juan de Ulúa. Para el reestablecimiento de la paz tuvo que intervenir como mediador el gobierno inglés y el 9 de marzo de 1839 se negociaba el tratado de Jalapa.
Después de la guerra con Francia, la situación de Texas volvió a ser punto de desencuentro entre México y Estados Unidos, pues –siguiendo a Velasco y Benjamin – para México era un problema político y de seguridad nacional, por que Texas intentó un proyecto expansionista propio a costa de territorio mexicano, por otro lado se consideró que su existencia independiente podría sentar un precedente que influyera en otras comunidades norteñas, especialmente California y Nuevo México para independizarse. Para Estados Unidos, particularmente para los estados esclavistas sureños Texas llegó a ser un competidor en el mercado del algodón; además de su estrecha relación con Gran Bretaña fue percibida como un peligro, pues ésta defendía la abolición de la esclavitud. Ante los infructuosos esfuerzos del gobierno de México para recuperar Texas y evitar su anexión a los Estados Unidos, declaró que esta acción sería considerada por el gobierno como una declaración de guerra. Finalmente en marzo de 1845 el Congreso de los Estados Unidos aprobó la resolución conjunta para la anexión de Texas y en junio de ese mismo año los texanos aprobaron su anexión y con esto el gobierno de México rompió relaciones diplomáticas con Estados Unidos.
En 3 de enero de 1846 llegó a México como ministro plenipotenciario John Slidell con instrucciones de negociar la frontera del territorio texano hasta el margen del río Bravo, la demanda del pago de indemnizaciones a ciudadanos estadounidenses por parte del gobierno mexicano y la oferta de compra de los territorios de California y Nuevo México. El gobierno de México se negó a reconocer al ministro estadounidense, por que esto equivalía a reasumir relaciones diplomáticas y legitimar la anexión de Texas. Ante la negativa mexicana a la misión de Slidell el presidente de los Estados Unidos James Knox Polk ordenó al general Zachary Taylor ocupar el territorio situado entre el río Nueces y Bravo . Por otra parte el gobierno de México ordenó al general Ampudia y posteriormente al general Salas que defendiesen el territorio y al finalizar marzo hubieron dos batallas –Palo Alto y Resaca de Guerrero–.
Al tener conocimiento de las acciones bélicas el presidente Polk en un mensaje enviado al Congreso de los Estados Unidos el 11 de mayo de 1846 afirmaba que el ejército mexicano había invadido Estados Unidos y que sangre estadounidense había sido derramada en su territorio, con lo cual el 13 de mayo de ese mismo año el Congreso declaró la guerra a México, lo que vino a desestabilizar una vez más al país de 1846 hasta 1848, fecha en que se retiraron las tropas invasoras de los Estados Unidos.

Características económicas y comerciales

En 1821, la situación económica de México después de más una década de revolución distaba de ser de bonanza. La economía ahora imperial en algunos ramos se había modificado radicalmente con respecto al período anterior debido a las consecuencias de la independencia. Las principales áreas donde se gestaron estos cambios eran:
a) Afectación profunda de las principales actividades económicas y atomización del mercado interno : agricultura, industria y minería y mercados regionales poco vinculados entre si.
b) Ruptura de la forma en que el país se vinculaba al mercado mundial: fin del exclusivismo peninsular en materia de comercio exterior y trastorno del comercio interior.
c) Crisis fiscal del naciente Estado: Bancarrota del erario público debida al fallido proyecto del imperio mexicano y a la aceptación de la deuda externa contratada por el imperio español.
d) Destrucción y deterioro de la infraestructura: Mal estado de conservación de caminos y puertos mexicanos.
Además a la caída del imperio y proclamación de la república –siguiendo a Urrutia y Nava –, dos tesis surgieron en relación al desarrollo económico. La primera creada por los republicanos centralistas proponía el modelo de desarrollo industrial, basado primordialmente en la industria textil, aunque también abogaba por estimular a la minería y a la agricultura con el fin de crear un mercado nacional. La segunda desarrollada por los republicanos federales, pugnaba por la división internacional del trabajo y asignaba a México –como un país rico en productos agrícolas y minerales– el papel de exportador de materias primas e importador de bienes manufacturados.


Bibliografia
Ontiveros Ruíz, G. (2005) Historia del comercio de México con los Estados Unidos durante los primeros 25 años de vida independiente.